En el período 1992-2007, nuestra oficina desarrolló diversos proyectos para la firma IKEA en la Península Ibérica. El primero de ellos fué el situado en el polígono de Montigalá.
En el edificio Ikea de Badalona han confluido dos factores que lo han diferenciado de sus predecesores: por un lado el hecho que por primera vez el aparcamiento de automóviles debía estar en el subsuelo y, por el otro, la topografía acusada y compleja de la manzana en la que se debía implantar. La propuesta ha querido aprovecharse de estos condicionantes mediante la compaginación de un criterio de abstracción y de racionalización proyectual general, con el descenso en la escala a soluciones adaptadas a los problemas específicos.